Avatar II

Posted: domingo, 28 de marzo de 2010 by Contacto in Etiquetas: , ,
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Dirección y guión: James Cameron. País: USA. Año: 2009. Duración: 162 min. Género: Acción, ciencia-ficción, fantástico. Interpretación: Sam Worthington (Jake Sully), Zoë Saldana (Neytiri), Sigourney Weaver (Dra. Grace Augustine), Michelle Rodriguez (Trudy), Giovanni Ribisi (Selfridge), Joel David Moore (Norm), C.C.H. Pounder (Mo’at), Wes Studi (Eytukan), Laz Alonso (Tsu’Tey), Stephen Lang (coronel Quaritch), Matt Gerald (Lyle). Producción: James Cameron, Jon Landau y Rae Sanchini. Música: James Horner. Fotografía: Mauro Fiore. Montaje: James Cameron, John Refoua y Stephen Rivkin. Diseño de producción: Rick Carter y Robert Stromberg. Vestuario: Mayes C. Rubeo y Deborah Lynn Scott.
El infiltrado 
Segundo itinerario de lectura

Avatar trata de un conflicto colonial, o también de qué es un infiltrado.
Un nuevo recurso –se trata de un mineral quasi prodigioso - hace nacer un conflicto en la lejanía (otro planeta). Como en el presente, las dificultades de extracción se liman militarmente con una mano y con la otra se masajean con el tacto de la investigación empática. Avance simultáneo de la negación fuerte y el reconocimiento curioso-admirativo.
Con el componente “antropólogo respetuoso” se introduce a un infiltrado. La investigación ha conseguido el colmo de cualquier antropólogo: poder ser un avatar de la tribu estudiada. Poder acercarse en la igualdad anulando cualquier distanciamiento interpretativo. Ser como ellos. Pero siguen siendo ellos: de ahí que toda la maniobra no deja de ser una infiltración.
El infiltrado siempre se vuelve agente doble. Pues al estar con los otros, vivirlos, al instalar los vasos comunicantes y las bisagras de lado a lado, se contagia. Y es que nadie está absolutamente falto de razón. El héroe se rebela, rechaza la misión inicial y cambia de bando.
“Yo era un héroe que luchaba por la paz y de repente desperté” . Entender Avatar, comprender esta película, consiste en llegar a saber en qué lado despierta. Aquí el héroe está contra la realidad: jerarquía y mando. En la realidad sólo hay rostros con cicatrices y órganos que caducan. Haciendo un trabajo viejo y sucio, como la guerra sucia, podría conseguir unas piernas para caminar.
Pero, en la virtualidad del avatar no hay herida, ni pliegues biográficos: vuelve a nacer. En la virtualidad del avatar la comunicación se da en selvática armonía y en la exploración de las potencias perceptivas, no sólo camina: vuela.
Cuando empieza la batalla el héroe ya está entre los nativos y como uno de ellos, y está de su lado y lucha con ellos contra la fusión de militares y empresa colonizadora. Sus armas: la comunicación en red, el encuentro de cuerpos-signos en alianza con todo el polimorfismo animal y vegetal que la virtualidad permite: ahí ellos son puro software libre contra el hard del mineral buscado, los metales de las naves y armas, el soporte duro exoesqueleto que encapsula lo orgánico en la realidad (metáfora de la ciudad).
¿Por qué pierden los malos? Porque inician una guerra basándose en la ciencia de la comunicación, se creen eso de que el medio es el mensaje o lo de que una mentira muy repetida triunfa fácilmente (como el PP el 13 de marzo, creen que hay un tam-tam que convoca y concierne a todos). Pero quienes han visto la película saben que la batalla se produce en la zona del planeta que hace opaca la comunicación: ahí rige el pásalo.
¿Por qué no ganan los buenos? Vencen la batalla pero dejan marchar a los terrícolas que quedan. Pero no ganan la guerra. No ganan porque el héroe en el transcurso de la batalla ha ido introduciendo la palabra de mando. Ha hecho intervenir en la guerra las armas de la tierra. El héroe ha intensificado las instrucciones. El polimorfismo virtual pasa a ser atravesado por las ráfagas de subfusil: continuos formularios y actualizaciones sin fin.
Si en la tercera parte de Matrix vimos cómo se reconcilian el hacker y Microsoft (Neo y Matrix) al final de avatar asistimos al autoalineamiento, los vencedores forman pasillo de despedida expulsión de los vencidos, pero esas dos líneas del pasillo ocupan muy poco espacio en el plano. Lo de los lados es para la publicidad.
by: Antonio Martínez Márquez

Avatar I

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Dirección y guión: James Cameron. País: USA. Año: 2009. Duración: 162 min. Género: Acción, ciencia-ficción, fantástico. Interpretación: Sam Worthington (Jake Sully), Zoë Saldana (Neytiri), Sigourney Weaver (Dra. Grace Augustine), Michelle Rodriguez (Trudy), Giovanni Ribisi (Selfridge), Joel David Moore (Norm), C.C.H. Pounder (Mo’at), Wes Studi (Eytukan), Laz Alonso (Tsu’Tey), Stephen Lang (coronel Quaritch), Matt Gerald (Lyle). Producción: James Cameron, Jon Landau y Rae Sanchini. Música: James Horner. Fotografía: Mauro Fiore. Montaje: James Cameron, John Refoua y Stephen Rivkin. Diseño de producción: Rick Carter y Robert Stromberg. Vestuario: Mayes C. Rubeo y Deborah Lynn Scott.


Internet amenazado

Avatar trata de unos malos que quieren extraer un mineral de un planeta. Exterminando si cabe a los habitantes guais, que viven una comunidad con poca jerarquía y conectados, su característica principal es que tienen un rabo que es un bioconector: pueden estar en red sin pagar internet.
Pero en el lado de los colonizadores hay quienes quieren hacer compatible el negocio con la preservación. Sí, hasta que una frase nos mete en la película de verdad: "yo era un guerrero que luchaba por la paz y de repente desperté del sueño". Está claro, no se encuentra la disyuntiva guerra y paz: la paz es imposible mientras haya cualquier guerra, o bien es paz inmoral, sueño. Despertar es ver que la decisión es en qué bando estás de una misma guerra: y lo de la paz queda como para más adelante: sea como y por Bush o sea como y por Obama, pero en la guerra.
Pero Avatar no es tan simple: porque resulta que en esta película el bueno es como el traidor y malo de Matrix: es el que elige habitar la virtualidad.
En Matrix el traidor quiere vivir sin saber ni recordar nada y como millonario: la realidad le parece asquerosa y con comida monótona, y considera la libertad como vida sacrificada.
En Avatar el bueno no quiere vivir en su cuerpo con silla de ruedas ni con piernas nuevas. Quiere habitar en el Avatar: mientras su cuerpo está en un ataúd de ciencia. La diferencia con Matrix es que en este caso el soldadote marine en su existencia virtual se hace consciente, solidario, se "educa en valores" y obviamente conoce el amor verdadero.
El Avatar es el mejor perfil posible de internet: la primera mentira de los perfiles es la estatura, la siguiente el pelo, después los ojos... y ello en un mundo de internet por natura y sin recibos...
Despierta y lucha contra los que lo han llevado al planeta, cambia de bando, se pone militarmente con los débiles contra la empresa y su militarismo, arriesga la vida por un árbol especial, comunica con los que ama y lo aman....
Han sido tres horas de Facebook.
Aunque también puede ser que alguien nos esté diciendo todo lo que habrá que jugársela por un internet libre.
by: Antonio Martínez Márquez

CC

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