Dogville

Posted: lunes, 19 de marzo de 2012 by Contacto in Etiquetas: , , , , ,
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Dirección y guión: Lars von Trier
Países: Dinamarca, Suecia, Francia, Noruega, Holanda, Finlandia, Alemania, Italia, Japón, USA y Reino Unido. 
Año: 2003. 
Duración: 177 min. 
Interpretación: Nicole Kidman (Grace), Harriet Andersson (Gloria), Lauren Bacall (Ma Ginger), Jean Marc-Barr (El hombre del sombrero grande), Paul Bettany (Tom Edison Jr.), Blair Brown (Sra. Henson), James Caan (El gran hombre), Patricia Clarkson (Vera), Jeremy Davies (Bill Henson), Ben Gazzara (Jack McKay), Philip Baker Hall (Tom Edison padre). 
Producción: Vibeke Windeløv. 
Fotografía: Anthony Dod Mantle. 
Montaje: Molly Marlene Stensgaard. 
Presupuesto:10.000.000 dólares.

Siempre quise vivir en una torre de marfil, pero abajo, en el mar, una marea de mierda golpeaba sus muros incesantemente. Flaubert.



1. Cómo hacer visible lo invisible.

“No se trata de reproducir lo visible, se trata de volver visible” KLEE, P., Teoría del arte moderno.

Una de las virtudes de Dogville consiste en poner de manifiesto algunos aspectos virtuales del ser humano. Mediante la ficción de una pequeña comunidad que puede estar situada en cualquier lugar, von Trier analiza las perversiones a las que el ser más digno es capaz de verse abocado sin pestañear.

Dogville es una narración que pertenece a cualquiera. La casi total descontextualización de la película facilita analizar cuestiones universales relacionadas con la condición humana y, sin embargo, no impide singularizar lo que acontece.

La eliminación de puertas y paredes no responde al absurdo de llevar el teatro a la gran pantalla. Aunque el teatro tiene una infinidad de virtudes singulares, que no vamos a desarrollar en este comentario, sería un sin sentido limitar las posibilidades del montaje cinematográfico al marco teatral. La irrepetibilidad de cada representación, en el teatro, o los primeros planos que centran la mirada, en el caso del cine, son algunos de los múltiples ejemplos que hacen que cada arte conserve su singularidad inevitablemente.

El trajín cotidiano y la opacidad de las buenas formas impiden incidir en los aspectos más intolerables que se reproducen cada día en millones de idílicas comunidades. Ahora bien, von Trier sabe como romper con esta opacidad: el uso de la tiza y la eliminación de falsas fronteras para el poder totalitario, como puertas y ventanas, dibuja las diversas coagulaciones – nódulos – atravesadas por diversas relaciones de poder que constituyen la miseria cotidiana de nuestra civilización. De este modo, no solo consigue descontextualizar la historia de un espacio y tiempo determinados sino, y sobre todo, centrar nuestra mirada en un espacio sin obstáculos para el despliegue de la violencia y la humillación. A su vez, la ausencia de techos permite que la cámara emule el ojo divino y, sobre todo, mostrar cómo la visibilidad total (véase el panóptico) es una trampa que sirve para invadir el espacio de cada uno mediante el control absoluto de sus aspiraciones personales. Además, poder ver el movimiento de la ciudad bajo un mismo ritmo acentúa la idea de que el pueblo entero es un estado de sitio consentido por la connivencia mutua de todos los que encuentran su identidad en el hecho de adaptarse a lo que acontece sin reparos. 

Junto al uso de las líneas en el suelo que permite poner a las distintas formas o individuaciones y el fondo bajo un mismo plano de intensidad e indiscernibilidad, von Trier también se sirve de la luz como metáfora que señala un nuevo punto de vista de la protagonista sobre el pueblo: sus ideas son iluminadas u oscurecidas conforme aumenta o disminuye en este lugar sin horizontes, sumergido constantemente en la oscuridad.

Gracias a la lógica propia de Dogville, que acabamos de describir, von Trier se deshace de la mera aprehensión abstracta (“ser ante los ojos”) de los objetos representados. La película fuerza el pensamiento luchando contra la mera representación para presentar las fuerzas que subjetivizan a sus ciudadanos. Dogville deviene la experiencia de lo impensado en las entrañas de un pequeño clan.   

En definitiva, von Trier visualiza cómo las fuerzas invisibles pueden constituir nuestra actualidad, para mirarlas a la cara y que no nos cojan por sorpresa. Como dice Kafka: "Lo que cuenta finalmente no es lo visible, es captar, detectar, las fuerzas diabólicas del porvenir que golpean a la puerta." 


2. Hacia una microfísica de la miseria.  

«(...) se debe hacer un análisis ascendente del poder, arrancar de los mecanismos infinitesimales que tienen su propia historia, su propio trayecto, su propia técnica y táctica y ver después cómo estos mecanismos de poder han sido y todavía están investidos, colonizados, utilizados, doblegados, transformados, desplazados, extendidos, etc., por mecanismos más generales y por formas de dominación global» (FOUCAULT, M., «Curso del 14 de enero de 1976», en Microfísica del poder).

Frente a la concepción clásica del poder como agente central de soberanía, ya sea planteada mediante el contractualismo (que permite la opresión, de tipo jurídico, con fundamento en la posible legitimidad del poder soberano) o de la pura dominación represora de unas clases frente a otras (como en el caso del marxismo), Foucault propone una nueva mirada centrada en una trama de poder microscópico, capilar. Frente al Poder, von Trier, siguiendo el análisis planteado por Foucault, analiza las relaciones de fuerza que nos constituyen y constituimos desde las acciones, o parálisis, más banales de la cotidianeidad. 

El padre de Nicole Kidman es un gánster con Poder. En ese sentido, en un primer momento, el espectador se puede ver inclinado a expiar todos los males de la protagonista únicamente en relación a su progenitor. Ahora bien, como ocurre normalmente, los supuestos Poderes centrales, mayormente, no son más que la reverberación de las relaciones miserables que se repiten diariamente en millones de hogares.

Sin obviar la absoluta responsabilidad de aquellos que ostentan el poder, no se debería olvidar que muchos de los que no lo ejercen con tanta claridad o tan públicamente, virtualmente, son tan crudos o más que “los vencedores”. Sin duda, siempre ha sido más difícil defenderse del éxito que del fracaso, sea dicho "éxito" sin ningún tipo de ánimo justificativo por las caras más visibles del poder. Ahora bien, sirva de toma de conciencia: ¿se sabe que haría Palestina con Israel si pudiese? O, ¿se puede estar seguro de que ese vecino hundido en la miseria, que incluso puede que no pare de quejarse en el bar de todos los políticos mientras agasaja algún concejal hipócritamente por si pudiese “colocarle”, dirigiría mejor la comunidad si estuviese en sus manos o, en cambio, se resarciría de todo lo sufrido mediante la consecución de su interés personal y de los suyos? Es decir, ¿acaso el nepotismo, la corrupción, los abusos sobre el prójimo de todo tipo, etc., son exclusivos de los dirigentes? ¿Dónde se juega la política? 

Dogville es un análisis de los microfascismos que constantemente se reproducen y se permiten en el entorno más cercano. Lo miserable o lo noble no es exclusivo de los hombres y mujeres de acción; la inacción ( como la de Tom en muchos momentos) o los pequeños gestos cotidianos pueden ser tan letales o salvadores como la acciones más visibles.

Dogville señala que ser pobre, humilde y explotado no es suficiente para ser bueno y, mucho menos, revolucionario. El desventajado socialmente cuando tiene la ocasión puede ser más letal que el aventajado, sobre todo, si anida en él el resentimiento de alguien fracasado y decepcionado como Chuck. De hecho, Dogville, pone de manifiesto una comunidad fuerte con los débiles y débil con los fuertes tal y como muestra su pasividad ante el eco de las dificultades que viene desde fuera. ¿Quién no ha tenido nunca la impresión ante una personilla que abusa de su pequeña parcela de poder que, en el fondo, su estúpido pavoneo delata la impotencia padecida ante otras luchas más importantes no emprendidas debido a su infinita cobardía? En el ambiente endogámico de Dogville donde reina la pobreza, el aburrimiento y la tristeza de sus vidas desesperadas e insulsas, la llegada de Grace, lejos de suponer un acicate para renovar las relaciones viciadas y entumecidas entre los habitantes, sirve para desplegar la más oscura violencia ante lo que sienten como una amenaza para su apática pero apacible miseria.

El mundo está lleno de buenas personas y, sin embargo, tanta bondad lo hace insostenible. Tom representa mejor que nadie cómo la dependencia de su núcleo social le hace someterse, sin desafío alguno, a todas las normas de malvivencia. Su incapacidad para desprenderse lo convierte en una mera marioneta, una cascara vacía que no es más que, como dice Nietzsche de los que se apartan de su autenticidad, “envoltura exterior carente de contenido, una vestidura ajada, pintarrajeada, hinchada, un espectro aureolado que no suscita ya temor ni compasión”.

El cuerpo social en Dogville, lejos de representar una comunidad ideal de diálogo, como la propuesta por Habermas, no es fruto de una voluntad general ilustrada y liberada del miedo, padre de todas las miserias, sino más bien del acomodamiento y la autocomplacencia en las bajezas que los atraviesan. No existe comunidad de diálogo que no esté ya investida por relaciones de poder. Como dice Michel Foucault, en Microfísica del poder, “el gran fantasma, es la idea de un cuerpo social que estaría constituido por la universalidad de las voluntades. Ahora bien, no es el consensus el que hace aparecer el cuerpo social, es la materialidad del poder sobre los cuerpos mismos de los individuos.”

Por último, cabe señalar cómo la comunidad genera verdades acordes con los abusos que acomete. Hay que decir que, adelantándonos al siguiente apartado, la predisposición continua, la generosidad por encima de su dignidad, y el sentimiento de culpabilidad de la protagonista (por las inconveniencias ante la posibles castigos heterónomos) hace que Grace, al mismo tiempo que tiene mala conciencia, vaya entendiendo el endurecimiento de las nuevas reglas como forma de compensación. No en vano Nietzsche explicaba en la Genealogía de la moral que la mala conciencia viene de la culpa (Schuld) y la culpa no es más que una deuda (Schuld) entre un acreedor y un deudor.

Pero sin más dilaciones, y teniendo en cuenta que la relación entre la verdad y el poder ya la tratamos comentando Gracias por fumar, dejemos que, una vez más, sea Foucault quien nos ilustre sobre ésta relación para que sea el lector quien enarbole sus conclusiones junto a la película (como cuando, por ejemplo, las violaciones pasan a tener la misma importancia que si un campesino se desahogara con una vaca):

«Lo importante, creo, es que la verdad no está fuera del poder, ni sin poder (...) La verdad es de este mundo; está producida aquí gracias a múltiples imposiciones. Tiene aquí efectos reglamentados de poder. Cada sociedad tiene su régimen de verdad, su 'política general de la verdad': es decir, los tipos de discursos que ella acoge y hace funcionar como verdaderos (...). Por verdad no quiero decir 'el conjunto de cosas verdaderas que hay que descubrir o hacer aceptar', sino 'el conjunto de reglas según las cuales se discrimina lo verdadero de lo falso y se ligan a lo verdadero efectos políticos de poder» (FOUCAULT, M., «Verdad y Poder», en Microfísica del poder).
   

3. No le eches margaritas a los cerdos: fortaleza y generosidad

“La gente es igual en todos lados: animales rapaces. Pero en un pueblo tienen menos posibilidades. Alimentémolos y comerán hasta reventar.” Chuck.   

El primer paso para la degradación personal es la falta de respecto con uno mismo. Que el otro te pruebe para saber de qué estás hecho quiere decir, en primer lugar, mostrarle los límites que constituyen tu integridad. 

Tom quiere despertar a sus compatriotas de su letargo moral y nada mejor que la llegada inesperada de Grace para despertar la conciencia ético-política de la comunidad. A pesar de que Nicole Kidman es una desconocida y una fugitiva de la mafia, mediante una decisión soberana, el pueblo entero decide aceptarla. En Dogville reina la felicidad: Tom puede predicar con un ejemplo, el pueblo muestra lo bueno que es acogiéndola en esos tiempos tan difíciles, y Grace casi morirá de alegría al sentirse acogida. Ahora bien, para poder conocerla, Grace, aconsejada por Tom, se ofrece sin fisuras a ayudar a los habitantes del pueblo. 

Nadie la necesita pero todos acaban encontrando el modo de ayudarla e incluso le pagan algo de dinero. Sin embargo, debido a que el pueblo cada vez cree correr más peligro por ayudarla, tienen que pedirle cada vez más esfuerzo para una remuneración menor. De este modo, Grace se convertirá en la modelo perfecta de trabajadora acorde con la última reforma laboral que el PP aprobará en España con el beneplácito de CIU. 

La protagonista, agradecida por no haber sido expulsada, se entrega como si de un regalo se tratara ofreciéndose a cualquier tipo de tarea y poniendo la otra mejilla cuando es requerida. Es así como paulatinamente las relaciones de poder se acaban volviendo absolutamente unidireccionales hasta degradar en lo más bajo la dignidad de la invitada (con todo tipo de abusos y violaciones) e incluso inmovilizándola literalmente al ser encadenada con una cadena oxidada por el cuello. 

Lo irónico del asunto, enlazando con la relación entre poder y verdad que comentábamos en el apartado anterior, es que los agresores intentarán utilizar los propios argumentos de Grace para justificar la depravación ilimitada que ejercerán sobre ella: Chuck la violará recordándole que ella se disculpó por no haberse dejado acariciar y Ben justificándose en que ella había mostrado entender su debilidad con las prostitutas (como si ir con prostitutas y violar fuera lo mismo). 

A pesar de todo, Grace desde el inicio del film se muestra generosa y resistente. Grace ve la fortaleza y el dominio sobre sí misma como virtudes humanas (cosa que también será utilizada por Vera para humillarla) aunque, a diferencia de los estoicos a los que menciona para hablar de esta virtud, se olvida completamente de su dignidad y del cuidado de sí misma como elementos complementarios. ¿Acaso no se necesita primero el cuidado de uno mismo para poder ser generoso? ¿Qué puede regalar una persona que no cuida y enriquece su vida personal? En cualquier caso, la generosidad de la protagonista se hace a costa de su firmeza y esto será perversa y brutalmente aprovechado por los habitantes de Dogville. 


4. Godville

(San Mateo 24:30-39) Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria. {31} Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta (…). {39} y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre. 

Grace llega a Dogville como una gracia (traducción literal del inglés) caída del cielo. Una gracia que aún siendo violada, explotada, traicionada, chantajeada y humillada hasta el paroxismo, quiere perdonar. No es difícil encontrar similitudes con el dogma judeocristiano: la vida de Grace es un vía crucis (por ejemplo, el esfuerzo por comprar las siete estatuillas nos recuerda los sietes pecados capitales) que le conduce hacia la luz y Tom intenta dirigir a su comunidad como si él fuera la misma Iglesia. Por último, el Todopoderoso, a pesar de que en este caso estar fuera de la ley lo convierta en un bandido, es semejante al Padre de Grace. Aunque conviene precisar: esta vez Dios viene para darle a su hija la oportunidad de escapar de las miserias de ese mundo y, al mismo tiempo, de crear una justicia acorde con su Humanidad.

Desde el punto de vista de la teología católica, Grace actúa como el amor divino. Cristo crucificado subvierte la noción de justicia humana gracias a su divinidad. Donde el hombre castiga, Cristo perdona. Y Grace quiere hacer lo mismo: abandonar su naturaleza humana para elevarse a lo divino. Sin embargo, el Padre ve un gran signo de arrogancia en esta decisión, que tiene que ver con la superioridad moral que siente su hija sobre los demás. Mientras que Grace pretende perdonar a los criminales justificándolos en las contingencias de sus vidas, el Padre cree que aunque “yo soy yo y mis circunstancias, si no las salvo a ellas no me salvo yo” (Ortega y Gasset).

Para el Padre es justo hacer lo necesario para que el que se deja guiar por sus instintos más bajos aprenda. Y no solo eso: piensa que su hija es injusta al perdonar cosas que no perdonaría a sí misma. Desde la perspectiva kantiana debemos obrar “sólo de forma que puedas desear que la máxima de tu acción se convierta en una ley universal”, y Grace tiene una contradicción entre el trato que se da a sí y el que da a los demás. No obstante, Grace acabará corrigiendo esta contradicción racional desde el punto de vista humano para hacer del mundo un lugar mejor:

Padre: (…) los violadores y los asesinos puede que sean víctimas según tú, pero yo, yo los llamo perros y si lamen sus propios vómitos el único modo de detenerlos es con el látigo.
Grace – ¡Los perros sólo se guían por su instinto! ¿Por qué no íbamos a perdonarlos?
Padre – A los perros podemos enseñarles muchas cosas, pero no si les perdonamos cada vez que se dejan llevar por su instinto.
Grace – Soy arrogante, soy arrogante porque perdono a las personas.
Padre - ¡Por dios! ¡No te das cuenta de lo condescendiente que eres al decir eso! Tienes la idea preconcebida de que no hay nadie, no hay nadie, que pueda alcanzar los elevados valores morales que tú tienes y disculpas a todos. ¡No puedo pensar en nada más arrogante que eso! Tú, mi querida hija, perdonas a los demás con excusas que por nada del mundo te permitirías a ti misma.
Grace - ¿Por qué no voy a ser clemente? ¿Por qué?
Padre – No, no, no. Tienes que ser clemente cuando el momento lo exige, pero también tienes que conservar tus valores, se lo debes a ellos. El castigo que mereces por tus tropiezos, ellos los merecen por los suyos.
(…) Narrador: [describiendo la nueva idea de Grace] Si hubiera actuado como ellos, no habría podido defender ninguno de sus actos, ni habría podido condenarlos con suficiente dureza. [Pero] si uno tenía poder para enmendarlo su deber era hacerlo. Por el bien de otros pueblos, por el bien de la humanidad y, por si fuera poco, por el bien del ser humano que era la propia Grace.
(…) Grace: (…) quiero utilizar mi poder (…). Quiero hacer que el mundo sea mejor.

Finalmente, Moisés, el perro, será el único superviviente del pueblo, como si Grace-Jesús necesitara de nuevo al profeta, aunque esta vez, para escribir sus mandamientos desde el punto de vista de la vida.
               
Damián Cerezuela Frías

3 comentarios:

  1. Anónimo says:

    bravo!

  1. Anónimo says:

    Un comentario estupendo¡¡¡
    En Dogville también se muestra la fusión de socialdemocracia y democracia cristiana: pueden mantener un cierto liderazgo y releváncia social mimetizándose y siguiendo la inclinación colectiva al "homo sacer". Una parte sacrificable que hace sentirse superiores a la comunidad, la humillación colectiva pone tacones de dignidad al grupo.

    un abrazo
    amm

  1. Nicole Carvalho says:

    Para mi una de las mejores peliculas de Lars.. la manera como Nicole Kidman es tratada en toda la pelicula es genial, desde su aceptacion como intrusa"de fuera" , extraña amigable, que conoce el mundo que nadie conoce, hasta la transformacion en esclava. Sin decir la forma como ella soporta los abusos sexuales sin protegerse de ellos y sin decir a nadie.
    Creo que ella no se protege para acabar protegiendo a los demas. Para mantener la ciudad equilibrada, ella se enamoró por Dogville de una forma tan rara que dejo de quererse a si misma. Creo que el final tragico nos da un mensaje a todos, no de que todas las personas son malas sino que las estructuras de la sociedades aun en ciudades pequeñas, se mantienen.

CC

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